lunes, 20 de diciembre de 2010

BALDOSAS ROTAS, CAMINO DE AGUAS

Vuelta a (re)comenzar. No me acabo de ver, la penumbra me abruma pero no me inquieta.
Me siento confortado en la quietud de donde me encuentro, me saboreo lo que me noto, siento lo que me palpita e imagino lo que busco.
Paro, respiro, me entrecorto, me hago daño, me duele y vuelvo a parar. Donde esta el camino, no lo quiero ver, prefiero que me llamen desde el otro lado, que me estiren para sentirme abrazado por el mundo y que este decida por mi.
pero no, no lo quiero asi, miro al suelo que me rodea, solo temblores, solo baldosas que no soportan mi peso, mi cuerpo y me angustio.
Sigo caminando, da igual que se resquebrajen bajo mis pies, me doy cuenta y lo encaro, todo tiene su (sin)sentido, pues yo me lo labro como puedo.
Sigue habiendo un camino, me pierdo en lo que me supone cada paso, me alentezco y mi aliento se vuelve ardiente, el frio que me rodea no quiere molestarme, no se atreve a entrar para resfriar mi momento y yo le agradezco su compañia quieta, su silencio contenido, su grito helado...
Me pierdo, me encuentro, me vuelvo efimero, no desaparezco, me apreto y me suelto y voy hacia delante. Miro hacia atrás, veo que tengo a los lados, fogonazos de luz y de sombra, de caricias y de ostias, de humedades y sequia...
No me estoy perdiendo, no me estoy olvidando de mi, solo me estoy conmigo, me cuido de verme y veo lo que puedo, la luz es brillante y la oscuridad acompañante.
y yo en medio de un camino, el mio, uno de aguas y baldosas rotas
Respiro y vuelvo a estar aquí...(re)comienzo